Por alguna razón que desconozco la noche no me da miedo, ajena a noticieros ignoro adrede las páginas rojas (amarillas) de los diarios, que además no compro .Mi información , si, no crean que no vivo en esta tierra, la obtengo de la radio.
Todo este preámbulo venía a cuento de que, como no tengo miedo, salgo a pasear a Juana, mi perra, a altas horas de la noche si así lo requiere la ocasión, la perra no tiene la culpa de mis caprichosos horarios, así que me hago cargo de mi responsabilidad de ama y la saco a pasear.
Así es que voy tomando conocimiento de otras realidades que pueblan el vecindario.
Así por ejemplo descubrí que un almacén multirubro también vende droga, permanece con la luz encendida hasta altas horas de la noche y se ven entrar jóvenes, que salen rápidamente sin paquetes de mercadería visible.
A una cuadra de allí conocí a un policía macanudo que me hizo chistes en torno de la nueva capita de Juana, que por un descuido mío resulto ser del mismo color que el de la policía,( pero ella no es perro policía , ni yo botona). Así que le sugerí que reclame el relleno de corderito que el chaleco de Juana detenta y el de él no.
Hay un señor, que siempre viste traje, supongo que vive en la calle, si bien trata de lucir prolijo hay cosas que no pueden disimularse. Ayer por la mañana lo ví dirigirse con una bolsa de nylon y me pregunté hacia dónde iría, más adelante pasé por allí con mi peluda compañera y vi que en la bolsa llevaba pan para repartir a las palomas. Me emocionó, no creo que él tenga comida muy buena, por lo que su gesto abrió mi corazón.
En esa esquina, muy temprano en la mañana, vi un bulto en la vereda, era un grupo de chicos que suelen limpiar los parabrisas de los autos, durmiendo todos juntos en el piso tapados por la misma frazada. Y es que hay mucha gente durmiendo en la calle.
Usan bolsas de consorcio negras de esas grandes, para protegerse del frío y suelen dormir en grupos supongo que para conservar el calor.
Juana mira cada uno de esos bultos-grupos humanos con mucha curiosidad.
Quiero aclarar que no vivo en un barrio marginal, y todo lo que veo me preocupa, aunque se que no es nuevo.
No estoy haciendo un pedido de que los saquen de mi vista, como supongo que hará nuestro próximo jefe de gobierno. Sólo describo lo que veo.
Por supuesto están los cartoneros , que son admirables, es impresionante el trabajo que hacen , revisando bolsa por bolsa. Quién se va a ocupar del reciclado cuando el bigotudo les eche flit?
A mi siempre me da mucha curiosidad ver que es lo que tira la gente a la basura. Pero sólo miro de reojo. Si tuviera una casa más grande supongo que juntaría algunas cosas.
Muebles para reciclar, objeto raros…tengo una oscura vocación de ciruja.
Juana registra todo, cada olor, cada objeto, cada persona, cada perro, cada sonido, y yo le voy siguiendo el rastro ampliando los límites de mi asombro, la indignación y la impotencia.
Todo este preámbulo venía a cuento de que, como no tengo miedo, salgo a pasear a Juana, mi perra, a altas horas de la noche si así lo requiere la ocasión, la perra no tiene la culpa de mis caprichosos horarios, así que me hago cargo de mi responsabilidad de ama y la saco a pasear.
Así es que voy tomando conocimiento de otras realidades que pueblan el vecindario.
Así por ejemplo descubrí que un almacén multirubro también vende droga, permanece con la luz encendida hasta altas horas de la noche y se ven entrar jóvenes, que salen rápidamente sin paquetes de mercadería visible.
A una cuadra de allí conocí a un policía macanudo que me hizo chistes en torno de la nueva capita de Juana, que por un descuido mío resulto ser del mismo color que el de la policía,( pero ella no es perro policía , ni yo botona). Así que le sugerí que reclame el relleno de corderito que el chaleco de Juana detenta y el de él no.
Hay un señor, que siempre viste traje, supongo que vive en la calle, si bien trata de lucir prolijo hay cosas que no pueden disimularse. Ayer por la mañana lo ví dirigirse con una bolsa de nylon y me pregunté hacia dónde iría, más adelante pasé por allí con mi peluda compañera y vi que en la bolsa llevaba pan para repartir a las palomas. Me emocionó, no creo que él tenga comida muy buena, por lo que su gesto abrió mi corazón.
En esa esquina, muy temprano en la mañana, vi un bulto en la vereda, era un grupo de chicos que suelen limpiar los parabrisas de los autos, durmiendo todos juntos en el piso tapados por la misma frazada. Y es que hay mucha gente durmiendo en la calle.
Usan bolsas de consorcio negras de esas grandes, para protegerse del frío y suelen dormir en grupos supongo que para conservar el calor.
Juana mira cada uno de esos bultos-grupos humanos con mucha curiosidad.
Quiero aclarar que no vivo en un barrio marginal, y todo lo que veo me preocupa, aunque se que no es nuevo.
No estoy haciendo un pedido de que los saquen de mi vista, como supongo que hará nuestro próximo jefe de gobierno. Sólo describo lo que veo.
Por supuesto están los cartoneros , que son admirables, es impresionante el trabajo que hacen , revisando bolsa por bolsa. Quién se va a ocupar del reciclado cuando el bigotudo les eche flit?
A mi siempre me da mucha curiosidad ver que es lo que tira la gente a la basura. Pero sólo miro de reojo. Si tuviera una casa más grande supongo que juntaría algunas cosas.
Muebles para reciclar, objeto raros…tengo una oscura vocación de ciruja.
Juana registra todo, cada olor, cada objeto, cada persona, cada perro, cada sonido, y yo le voy siguiendo el rastro ampliando los límites de mi asombro, la indignación y la impotencia.