Insomnio.

Ver una cucaracha caminando no era lo que más le gustaba, claro, pero lo consideró un gesto oportuno,casi irónico que le hacía la vida, una cucaracha justo ahí.

Algo movíendose cuando todo parecía quieto,después de todo no se trataba de una super cucharacha, como esas rojas voladoras que había en la casa de su abuela, era de un tamaño aceptable, prudente se podría decir, tan sólo para llamar su atención y decirlo, ey! hay algo que no controlás, a pesar de que limpies y ordenes , y vuelvas a limpiar con esos productos quela T.V se encarga de que compres, pues nada, ahí está ella, impertérrita , casi desafiante, distrayéndote de tus cavilaciones nocturnas mientras el reloj marca las 4 de la mañana y el insomnio da el presente.

Ya ves: si no controlás ni tu propio sueño, ¿porqué habrías de poder controlar la presencia de huéspedes no invitados en tus aposentos?

Así que no habiendo nada mejor que hacer y no queriendo despertarlo a él , pobre, que duerme a pata suelta y roncando, "mi vida", decidís salir de expedición nocturna y seguir al insecto, que raudamente desaparece debajo de una pila de papeles que ya le pediste que ordenara unas 100 veces.

Sabrina pierde el rastro del insecto cuando encuentra unas hojas escritas por él,en lápiz, con borraduras y errores de ortografía donde le escribe de 10 maneras diferentes que no puede, que no sabe , pero que tiene que decírselo que otra lo espera con un huésped suyo en las entrañas.